Concertgebouw, Países Bajos


Concertgebouw
Amsterdam, Holanda

Fue Bernard Haitink quien alguna vez describió al Concertgebouw como el mejor instrumento dentro de la orquesta que alberga. Posiblemente esto era lo que tenían en mente en Amsterdam en 1881, cuando decidieron que la capital holandesa debía tener una sala de conciertos digna de su nombre. Siete años más tarde, en los campos pantanosos en las afueras de la ciudad, se erigía una maravilla de la arquitectura neoclásica, el Concertgebouw: un edificio que ahora, igual que su la Royal Concertgebouw Orchestra (Orquesta Real del Concertgebouw), disfruta de una excelsa reputación a nivel mundial.

Un poco de historia

15 de septiembre de 1881. En Amsterdam, seis prominentes ciudadanos se reúnen para establecer una comisión temporaria para la construcción de una sala de conciertos. El Parkzaal en el Plantage está por ser demolido, Felix Meritis es demasiado pequeño, el Paleis voor Volksvlijt es incómodo y notorio por su acústica deficiente. Hace un par de meses, la revista Weekblad De Amsterdammer ha expuesto el escandaloso estado de la vida musical en la capital. “Mientras en otros países los funcionarios proporcionan buenas salas de concierto, nuestro gobierno alardea de su desastroso lema diciendo que el arte no es cosa del gobierno”, informa aquel semanario.

Comienza la construcción

Como asesoramiento para la elección del sitio, la comisión recurre a Pierre Cuypers, arquitecto del Rijksmuseum, que también está construyéndose en este momento. Actúa como intermediario en la compra de un sitio cercano al nuevo museo, justo en las afueras de la ciudad, en medio de los campos de Nieuwer-Amstel.

El 7 de marzo de 1882 se finalizan los planes de una sociedad anónima con un capital de 400.000 florines, y las acciones salen a la venta por 1000 florines cada una. Para el 8 de julio de 1882, la compañía, conocida como N. V. Het Concertgebouw, ya existe formalmente, a pesar de que se vendieron apenas unos 250.000 florines en acciones.

Después de algunas discusiones, los jueces se deciden por el diseño (aunque en formas un poco simplificadas) presentado por el arquitecto Adolf Leonard (Dolf) van Gendt, creador de varios edificios, incluyendo el Hollandsche Manege, Frascati, De Usbreker y la Galería en el Paleis voor Volksvlijt.

El Concertgebouw ya está terminado para finales de 1886, pero la falta de confianza por parte de los financieros, y las inevitables disputas con el concejo Nieuwer-Amstel, entre otras cosas como por ejemplo el llenado de un pequeño canal, la pavimentación de los caminos de acceso y el suministro de iluminación para las calles, retrasan la gran inauguración hasta el 11 de abril de 1888.

Estilo

Para el proyecto, Van Gendt eligió un estilo arquitectónico internacional que iba a dejar su huella en la historia del arte como Clasicismo Vienés. Una lira, que forma parte del logo del Concertgebouw, corona con orgullo su obra maestra.

Para el trazado y diseño del interior, Van Gendt claramente se basó en el Neue Gewandhaus en Leipzig (dos años más antiguo, y destruido en 1943), con líneas fluidas, esquinas redondeadas, con sus auditorios rodeados por amplios corredores. El pequeño auditorio en Amsterdam también está situado en forma transversal, detrás del auditorio más grande, que, a su vez, fue diseñado con el mismo formato de caja de zapatos que el de Leipzig, aunque con 44x27.80x17.50 metros y asientos para más de 2000 personas, es mucho más grande.

El órgano

En la inauguración, 11 de abril de 1888, la ausencia de un órgano fue lamentada, a pesar de que se había dejado un espacio reservado. Se recaudó dinero por medio de un concierto benéfico y una lotería, y en 1890 la orden para la fabricación del órgano para el Concertgebouw fue puesta en manos de Michael Maarschalkerweerd, fabricante de órganos de Utrecht. Costó 22.352 florines y 89 centavos. Dolf van Gendt fue convocado nuevamente para diseñar la caja del órgano.

En octubre de 1990, Flentrop Orgelbouw desmanteló el órgano, el primer paso en un complejo proceso de restauración que iba a llevar dos años y medio. En el concierto inaugural del 18 de marzo de 1993, quedó claro que los objetivos se habían superado ampliamente: el sonido original se había restaurado y el mecanismo se adaptó a prácticas más modernas.

La famosa acústica

¿Cuál es el secreto de la acústica de la Grote Zaal, aclamada en todo el mundo? ¿Fue una pura coincidencia que Dolf van Gendt, notable en su familia por su agudísimo oído, lograra crear un espacio con una resonancia perfecta?

Cuando se construyó el Concertgebouw, la acústica todavía era considerada como una misteriosa interacción de varios factores indefinibles. Los equipos de grabación profesional no se desarrollaron sino hasta el siglo XX, de manera que los arquitectos tuvieron que basarse en ejemplos exitosos. Por ejemplo, la Kleine Zaal es virtualmente idéntica al famoso auditorio en Felix Meritis, mientras que el diseño y los materiales de la Grote Zaal se inspiran en la gran sala de conciertos del Neue Gewandhaus en Leipzig, a pesar de que Van Gendt no tuvo la oportunidad de juzgar su acústica mientras estaba diseñando el Concertgebouw.

En posteriores restauraciones el objetivo siempre ha sido mantener el diseño original y el acabado de los auditorios de forma tal de salvaguardar la acústica (a pesar del escrutinio de los equipos más sofisticados, la Grote Zaal se niega a revelar el secreto de su incomparable acústica).

Renovaciones

La falta de fondos implica que el Het Concertgebouw N. V. siempre ha tenido que reducir al mínimo el mantenimiento y las reformas. En 1972, el Concertgebouw entró en la lista de los edificios protegidos, por lo que su futuro financiero pareció un poco más alentador.

En octubre de 1982, la junta dio la voz de alarma: el hundimiento causado por la descomposición de los cimientos y los continuos aumentos de peso estaban convirtiendo al edificio cada vez más inseguro.

Más de seis meses después, se hizo público el plan de remodelación. El edificio iba a ser restaurado drásticamente entre julio de 1985 y abril de 1988, sin interrumpir el programa de conciertos y sin poner en peligro su valiosísima acústica.

Uno de los aspectos de la remodelación principal causó un considerable revuelo, particularmente entre la gente de Amsterdam: era la construcción de una nueva ala. La ampliación de la oficina de reservas y el manejo eficiente de la creciente oleada de visitantes hacía que fuera esencial trasladar la entrada principal a esta ala.

Pi de Bruijn, el arquitecto del plan de renovación, defendió su diseño. Esta ala, con un paseo cubierto, es parte integral del edificio. El diseño es simple, con una cantidad de cristales, de manera que no se compromete el viejo edificio. Los colores del Concertgebouw, desde el gris claro al rojo oscuro, están presentes en una gran variedad de piedras.

La remodelación

Tal vez el edificio haya quedado estructuralmente sólido nuevamente, pero por fuera todavía aún conservaba los signos de una larga y azarosa vida. En abril de 1992, experimentó una nueva remodelación. La operación recibió fondos del Monumentenzorg, aunque también contribuyeron las empresas participantes en la restauración y la Asociación de Amigos del Concertgebouw y la Royal Concertgebouw Orchestra.

Se limpiaron cien años de suciedad en la fachada, para que los pintores pudieran trabajar. Los bustos descuidados de los tres héroes del arte clásico fueron restaurados (se les hizo un baño de bronce), también se doraron de nuevo las letras “CONCERT-GEBOUW” y las rosetas, se reemplazaron los marcos de las ventanas, etc. El toque final fue la instalación de una lira nueva.

Una vez que el exterior del Concertgebouw fue devuelto a su antigua gloria, la remodelación interior tuvo que esperar hasta 1995, cuando se reunió la suficiente cantidad de fondos como para traer a los arquitectos Merkx y Girod para semejante proyecto.

El Concertgebouw como propietario

En sus comienzos, la sala era simplemente el hogar de la Concertgebouw Orchestra. Más de setenta conciertos de daban cada año, y la compañía del Concertgebouw virtualmente no hacía nada por traer otros eventos a los dos auditorios. En la actualidad, el número de conciertos por año llega a los 835, de los cuales, 390 en la Kleine Zaal y 445 en la Grote Zaal. El mismo Concertgebouw organiza por lo menos 340 de estos conciertos, sin contar los 43 conciertos libres de mediodía.

La sala todavía es la sede de la orquesta, pero ahora paga la renta, igual que lo hacen las otras orquestas y organizaciones que utilizan cualquiera de los auditorios. A lo largo de los años, el edificio ha acogido a una gran variedad de eventos. Comenzó en agosto de 1904, cuando la Grote Zaal fue la sede del Congreso Socialista Internacional. Luego se abrieron las compuertas. El consejo, siempre escaso de dinero, vio una buena cantidad en este tipo de eventos, y puso a disposición ambas salas para combates de boxeo, desfiles de moda, salones literarios, recepciones y servicios religiosos. La música popular siempre tuvo una cálida recepción: estrellas como Louis Armstrong, Count Basie, Lionel Hampton, Frank Zappa, The Who, y Frank Sinatra, todos tuvieron la oportunidad de estremecer al Concertgebouw. Pero desde que comenzó a llevar a cabo una venturosa política artística por sí misma, y a arrendar los salones para sus propios proyectos, la mayoría de los eventos no relacionados con la música clásica ya son una cosa del pasado.


Grote Zaal




Fachada del Concertgebouw, Amsterdam


Traducido de la Página Oficial del Concertgebouw: Het Concergtebouw (en inglés)http://www.concertgebouw.nl/English


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